Las sondas de oxígeno, también conocidas como sensores de oxígeno o analizadores de oxígeno, son dispositivos diseñados para medir la concentración de oxígeno en un medio específico, como el aire, gases industriales, líquidos o incluso tejidos biológicos. Estos sensores son fundamentales en una variedad de industrias y aplicaciones, incluyendo la medicina, la industria química, la metalurgia, la industria alimentaria y la monitorización ambiental, entre otras.
Existen varios tipos de sondas de oxígeno, cada una adaptada a su aplicación particular. Los más comunes incluyen:
1. Sondas de oxígeno galvánicas: Utilizan una celda electroquímica para medir la concentración de oxígeno en un gas o líquido. Son precisas y rápidas en su respuesta, lo que las hace ideales para aplicaciones industriales y médicas.
2. Sondas de oxígeno paramagnéticas: Basadas en la propiedad de los gases paramagnéticos de ser atraídos por un campo magnético, estas sondas miden la concentración de oxígeno en el aire. Son altamente precisas y estables, por lo que se utilizan en aplicaciones de análisis de gases y control de procesos industriales.
3. Sondas de oxígeno ópticas: Emplean tecnologías ópticas, como fluorescencia o luminescencia, para medir la concentración de oxígeno en líquidos o tejidos biológicos. Son útiles en aplicaciones médicas, biotecnológicas y de investigación científica.
Independientemente del tipo, las sondas de oxígeno son esenciales para garantizar la seguridad, la calidad y el rendimiento en una amplia gama de procesos y aplicaciones donde la medición precisa de la concentración de oxígeno es crítica.