El control energético se refiere al proceso de monitorización, gestión y optimización del consumo de energía en una organización, edificio o sistema. Su objetivo principal es mejorar la eficiencia energética, reducir costos y minimizar el impacto ambiental asociado con el uso de recursos energéticos.
Este proceso implica la implementación de sistemas y tecnologías para medir y analizar el consumo de energía en tiempo real, identificar áreas de oportunidad para mejorar la eficiencia, y tomar medidas correctivas para optimizar el uso de energía. Esto puede incluir la instalación de equipos de monitorización y control, como medidores inteligentes, sistemas de gestión de energía (EMS), y dispositivos de automatización para regular el funcionamiento de sistemas de climatización, iluminación, y otros equipos eléctricos.
El control energético también puede involucrar la adopción de prácticas de gestión energética, como la realización de auditorías energéticas, la implementación de programas de eficiencia energética, y la educación y sensibilización del personal sobre el uso responsable de la energía.
En resumen, el control energético es una parte fundamental de la gestión empresarial y ambiental responsable, ya que permite a las organizaciones reducir su consumo de energía, optimizar sus operaciones y contribuir a la sostenibilidad global.