La sonda óptica de oxígeno disuelto ofrece mediciones rápidas y estables sin membranas ni electrolitos, lo que reduce el mantenimiento y los tiempos de parada. Integra un sensor de temperatura para compensación automática, y está disponible con cable de 4, 10 o 20 metros para adaptarse a muestreos en estanques, tanques, pozos o instalaciones industriales.
Su tecnología óptica proporciona alta sensibilidad y respuesta rápida frente a variaciones de oxígeno, facilitando mediciones fiables en aplicaciones de acuicultura, tratamiento de aguas, control ambiental y procesos industriales. El diseño robusto y el cableado largo hacen que la sonda sea muy adecuada para trabajo de campo y para entornos donde la accesibilidad o la distancia al equipo son críticas.
Compatible con medidores portátiles ópticos Hanna, la sonda se instala y conecta con facilidad, permitiendo transferir datos y operar con rapidez. Es una opción ideal para profesionales que buscan precisión, durabilidad y bajo coste de mantenimiento.





